jueves, 23 de abril de 2009


Según un mito babilónico más reciente, los Anunaki eran los hijos de Anu y Ki, los dioses hermano y hermana, ellos mismos, los vástagos de Anshar y Kishar (pivote del cielo y pivote terrestre, los postes celestiales ). Anshar y Kishar eran los hijos de Lahm y de Lahmu (“los fangosos”), nombres dados a los guardias del templo en Eridu, el sitio de Apsu en el cual la Creación según ellos ocurrió. La cabeza del consejo de Anunnaki era el gran Anu, (más que ser un dios del cielo, Anu realmente significa “cielo”), de Uruk y los otros miembros eran sus descendientes. Su lugar fue tomado por Enlil, (En=señor, lil=viento, aire), quien, en la antigüedad era pensado como el separador del cielo y de la tierra. Esto dio lugar a un conflicto entre Enlil de Nippur y su hemanastro Enki de Eridu, sobre la legitimidad de Enlil como gobernante Celestial y terrestre. Enki, (En=señor, Ki=Tierra), además de ser el dios del agua dulce, era también dios de la sabiduría y de la magia, y era mirado por algunos como alquimista. Cuando el Igigi decidió hacer huelga y rehusó continuar trabajando para mantener la armonía del Universo, en el Shappatu (hebreo: Shabbat), Enki creó a la humanidad para que ésta asumiera la responsabilidad de realizar las tareas que los dioses habían abandonado.
Los Anunaki, por su parte, eran los compañeros altósimos(Alto concilio) del consejo de los dioses y de Anu. Fueron distribuidos sobre la tierra y el el mundo subterráneo o bajo mundo. Los más conocidos entre ellos eran: Asaru, Asarualim, Asarualimnunna, Asaruludu, En-Ki ( Ea para los Akadianos), Namru, Namtillaku y Tutu. (Un análisis convencional de la práctica religiosa sumeria se puede encontrar en el libro de A. Leo Oppenheim., Mesopotamia antiguo: Retrato de una civilización muerta, una edición revisada que se publicó en 1976. En dicha obra, Oppenheim se muestra muy precavido respecto de las interpretaciones sobre los dioses que “perdieron la civilización”).

Kurt cobaine ¿suicidio o asecinato


El 8 de abril de 1994, un electricista llegó al domicilio de Kurt Cobain para descubrir el cadáver del cantante sobre un charco de sangre, junto a una jeringuilla y una escopeta. La noticia se extendió a lo largo y ancho del planeta en minutos, devastando a sus numerosos seguidores.Sin embargo, los más íntimos del artista discreparon en seguida con el rumbo que tomaron las investigaciones y finalmente se asombraron al oír el dictamen de la autopsia: suicidio.Ninguno lo creyó y, como habría ocurrido en una novela de Hércules Poirot, volvieron la vista a la persona que más ganaba con esta muerte: su viuda.De hecho, Kurt Cobain había manifestado su deseo de separarse de su mujer, Courtney Love, a la que acusaba de adulterio. La separación incluía pedir la custodia de su hija y modificar el testamento para que ella no recibiese nada. No cabe duda que una muerte repentina impediría que el cantante llevase a cabo sus planes, convirtiendo a la estrella en la heredera del "imperio Cobain" y administradora del tercio que le correspondía a la hija que tenían en común.
Por Juan Barraza(balcifer)